
Quisiera partir una pequeña declaración con las palabras que forman el titulo de esta entrada, pero al parecer no creo que sea necesario. Aunque me molesta el hecho de que estas palabras no se vayan de mi mente hace unos cuantos años. No logro asimilar las cosas cuando la gente se va, cuando no quiere volver, cuando no quiere seguir ... y uno estremeciéndose de rabia y culpa no puede dejar de caminar por ese camino lleno de gente que nunca vuelve.
Pero a pesar de todas esas cosas, hay gente que no se va nunca. Suena extraño, pero sin embargo la gente que nunca se va, es la que no está presente día a día pero si segundo a segundo. Esa gente que se convierte en tu bastón, en tu silla de ruedas, en tu hombro para caminar, en tu mano para seguir, sin mencionar que se transforman en tus ojos.
Pero tú estas vivo, y aún me acompañas. Me sigues en cada paso y apoyas cada letra que escribo. Gracias por nunca irte, por ser la tinta del lápiz y la hoja de papel; por ser el ave y el viento en un atardecer y lo más importante (...) ser parte de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario