Me mantenías en esa situación de suspenso constante, donde el estomago se apretaba cada vez que caminaba hacia algún lugar. Eras como esa sombra que te sigue y que no conoces su intensión, eras como esa sombra que promete confundirte acerca de tu soledad.
Pero esta vez yo no te tuve miedo, aunque cuando nos encontramos frente a frente en aquella calle y tú me miraste con esos ojos profundos fijo en los míos, dudé. Sí dudé, (pero no me molesta haberlo hecho) porque a pesar de la fuerza de mi carácter, cuando se trata de mi, no escatimo en dudas. Sin embargo y a pesar de todas las dudas, fui más fuerte que él y me mantuve fuerte y tenaz sobre esto que elegí.
Y ahí estábamos frente a frente, tan cerca que podía sentir tus labios levemente rosando los míos cuando formulabas esas palabras para intentar convencerme acerca de ese tema que hace años tenemos pendiente.
Pero como hace años la respuesta sigue y seguirá siendo, vete ...
Nunca has tenido espacio en mi vida y si alguna vez te permití entrar fue porque fui débil, fue porque perdí el rumbo, pero hoy .. no, hoy es diferente. Hoy yo elijo, hoy yo decido, hoy yo vivo