Ese viento helado en tus brazos y esa brisa renovadora en tu cara ... dos simples cosas que te hacen apreciar la caminata nocturna, llena de tanta simpleza y bondad. Capaz de entregarte bellos y suaves momentos, caricias inesperadas y sin ningún tipo de recompensa.
La noche nos llena de esa soledad anhelada pero sin sentirse solo,
¿ porque quién se siente solo al lado de la Luna ?,
quién siente eso es porque no la conoce.
Pero es que hay tanta gente que no la conoce, que veces me siento mal por ellas, pero que mas da! a veces esas cosas pasan, a veces la gente cierra los ojos a lo relevante y tiene a abrirlos en lo superfluo. Sin embargo, caminar por la noche tiene algo mágico, una pequeña recompensa de satisfacción, un pequeño trozo de energías renovadoras, una brisa de oportunidades y una estela de cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario