Deja que las palabras florezcan de tus ojos
sin temor a lo desconocido.
Deja que tu corazón corra hacia lo profundo,
donde sin saber, estaba tu nido.
Moja tu espíritu en las aguas de la libertad y bebe de la fuente de la humanidad,
par volver a inundar tu ser de ti,
tu mayor verdad,
ser Dios.
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