viernes, 6 de agosto de 2021

Historias añejas

Cruzamos miradas entre juegos
y yo no olvido tus mejillas colorás
tu sonrisa limpia y tus ojos verdes.
Miradas cómplices
miradas inocentes
tan solo dos niños
jugando a ser adolocentes.

En aquella noche de luna
en ese sillón viejo
nos amamos en simpleza
hasta que nos hicimos cuento.

Soñé con esa luna mil veces
tus labios dulces junto a los míos
en abrazos infantiles nos derretimos
difícil seguir siendo tan solo amigos.

Descubrimos el amor entre cartas y escondites
tu olor se me hacia impresindible
cruzamos historias de cariños
de la mano crecimos jugando como niños. 

En estas noches de melancolía
recuerdo nuestros paseos de escolares
alamedas de plátanos orientales en otoño
una libertad fántastica de colores.

Lamento haberte dejado ir
quizas cómo serian hoy nuestros hijos
jugando a ser perfectos y dolidos
el error tremendo de nunca haberme ido.

La vida en su sabiduria nos permite crecer
a veces para irnos,
a veces para ser.
Sin mi partida seríamos los mismos
Nada que no extrañe,
tan solo a ese niño. 



No hay comentarios: