miércoles, 12 de octubre de 2022

Maldito narciso

Son tantas las cartas que nunca te entregué

que guardé en el velador para quemar cuando volvieras

borrar los rastros del pasado doloroso

como si un buen presente pudiese borrar las heridas que dejaste

las memorias quebradas y las cicatrices punzantes.


Pero cuando volví a mirarte en nuestra segunda vuelta

no pude evitar notar que nada ha cambiado

que sigues siendo el mismo hombre ensimismado

donde tu ombligo es más grande que el sol

donde lo único importante son las lunas que orbitan a tu alrededor.


    Pero yo no soy espejo de nadie

    ni flores de tu altar

    no soy el público que te aplaude

    ni quién te mira al despertar


Son muchas las cartas que nunca te entregué

pero más o menos todas dicen lo mismo

el dolor que me causaste es irreparable

el amor que sentí es inigualable

Pero hoy me doy cuenta

que a quién le escribí esas cartas no existe

    nunca existió

un personaje inventado en mi mente

de un hombre de papel solamente. 


Si tu amor fue real

se sintió a como la primera vez que se toma agua ardiente

un golpe fuerte y calor en la garganta

la inevitable sensación de querer más

    y más

Te ví y no pude soltarte

hoy en día, no puedo soportarte

no quiero estar cerca tuyo

ni extraño tus historias fascinantes

Quemaste todos los puentes

todo lo que no unía se quebró profundamente.


Son muchas las cartas que nunca te entregué

pero más o menos todas dicen lo mismo

No te das cuenta de qué es lo que me hace correr lejos 

El espejo que sujetas no permite que veas mas allá de tu ojos

    tus bellos ojos

pero son solo para ti 

Enamorado de tí mismo

    maldito narciso.



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