El cielo tiene miedo de la noche ...
Cuando los cielos comienzan el atardecer, implacable ... imparable y bastante astuto (por lo demás), no hay más opción que tenerle miedo .. miedo a no volver a ver la luz, miedo a no saber si otra vez amanecerá y ese nuevo sol alumbrará nuestro camino. ¿Cómo veremos las huellas que dejamos en la playa sin esa luz? ¿Cómo volveremos al inicio?
Si la pregunta es confusa, no me creerán que la respuesta es obvia ... pero la verdad, si lo es. Lo es cuando encuentras ese objetivo, ese lugar a donde quieres llegar - ese ideal- ese siempre.
Pero el sol a veces alumbra cosas que no son ciertas, que nos hacer creer que están bien (...) pero hasta que llega la oscuridad, junto a esa gran luna llena que nos muestra el real sendero, sin sesgos, sin expectativas .. sino que las cosas como son. Esas cosas que uno no quiere saber, las que prefiere no escuchar.
A veces esos nuncas nos dejan incómodos, nos dejan sin respuestas .. borran las huellas de la playa y hacen que oscurezca más rápido.
Caminar en dirección al siempre y dejar el nunca junto a los sueños muertos
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