Esa sensación no cambia, y no creo (espero) que lo haga.
Siempre fue natural, como si la cotidianidad nos rodeara como lo hizo hace años. Las palabras e historias iban y venían, no era necesario ni guardarse los sentimientos ... todo era válido y comprendido. La sinceridad se veía derramada por los ojos, no había nada que ocultar, nos sentíamos hasta orgullosos de nuestros errores.
Contarnos la vida, planear cosas juntos, lloriquear las penas de amor y reír hasta no poder más de cualquier cosa ... así de simple funciona la vida entre hermanos.
Pero me sorprendí especialmente de tus palabras, te vi de otra manera ... te vi sincero, te vi triste y te vi mirándome a los ojos, como hace años no lo hacías.
Es que aún así sentimos esa conexión, es que nos conocemos tanto; es tanto el cariño que construimos, que a pesar de todo lo que ha pasado, podemos ver que tenía cimientos firmes, y que ahí continúa ante la adversidad.
Hablaste desde el corazón y me sentí tan cómplice ..
No hay comentarios:
Publicar un comentario