En una camino largo y amplio, semejante a una alameda. Yo era pequeña e inocente, me llamaba la atención cada pequeño movimiento que presenciaba. Tenía miedo, tenía ilusión, tenía vida; la mejor de todas, hasta el viento me envidiaba. Las hojas caían y la tierra húmeda irrigaba su olor por todas partes; derrepente el lugar cambió. Nos rodeaban cascadas inmensas y cerros llenos de bosques, aunque no estaba totalmente segura donde me encontraba, solo sabía que era lo mas parecido al paraiso. Hasta ese momento solo faltabas tú.
Me senté a la rivera del río que dejaba la cascada a los pies de las majestuosos roquerios. Miraba el sol, jugaba con el
agua, disfrutaba el viento, contemplaba las flores, todo me tenía anonadada. Mi mirada solo se concentraba en lo natural por lo que no te vi llegar. Cuando me dirigia a cambiar de ángulo te encontre sentado a mi lado, en ese momento tus ojos comenzaron a brillar, tomastes mi mano y sonreiste. Yo no pude evitarlo me llene de mariposas rebolotiantes, salte sobre él, lo abrasé como si fuera la primera vez y la ultima. Pero pasó lo inevitable, P A R P A D I É y desde ese momento no lo volví a ver.
agua, disfrutaba el viento, contemplaba las flores, todo me tenía anonadada. Mi mirada solo se concentraba en lo natural por lo que no te vi llegar. Cuando me dirigia a cambiar de ángulo te encontre sentado a mi lado, en ese momento tus ojos comenzaron a brillar, tomastes mi mano y sonreiste. Yo no pude evitarlo me llene de mariposas rebolotiantes, salte sobre él, lo abrasé como si fuera la primera vez y la ultima. Pero pasó lo inevitable, P A R P A D I É y desde ese momento no lo volví a ver.
Los días siguientes fueron nublados, el frío abundaba. El viento ya no era el mismo ni yo; tampoco.
Me estiré un poco, sentía los musculos atrofiados, me resfregue los ojos y observe a mi alrededor; la misma alameda de mis sueños. - Fue un lindo viaje - dije.
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